Corona que?

Si sentís que la situación te lleva al límite
A tu límite
Rezá

Si sentís un nudo en el cuello y una carga en la espalda
En tu cuello y en tu espalda
Rezá

Si ves que a tu alrededor los demás llegan a sus propios límites
Y no logran hacer otra cosa
Rezá


Pero ¿para qué rezar?
¿Para repetir frases en voz alta hacia la nada? ¿Para releer oraciones en un silencio de ataúd? ¿Para repetir algo que no sentís mientras luchas por no quedarte dormido?
Frená
Si necesitas frenar
Dormí
Ejercitate
Usa tu cerebro
Sé activo
No te dejes estar
Frená
Y pensá
Y sentí

Y activá
¿Cómo?
Conectándote con Dios
¿Con qué Dios?
Probá
Él te anda buscando
Y vos escondiéndote
Vos escapándote
Llenándote de ruido
Y ahora, encima, te toca enfrentarte
A un ensayo de probeta
A una casita de hámster
Al egoísmo puro y duro
Al sinsentido de miles de infelices
Que se chocan la cabeza contra la pecera

Pero volvé, no te vayas
O andate y volvé
Y aunque te piensen
Como el sabelotodo
Como el insistente
Como el frío
Como el inútil
Como el solitario
Como el interesado
O lo que sea
Volvé
Volvé y conectate
Con Él, que te esperó desde siempre

En otro momento te iba a decir
Que te iba a doler.
Hoy te digo
Que si duele, agarrés tu cruz
Y la arrastrés
Porque Él no pone cargas
que no puedas llevar
Y si parece que no te da un respiro
Volvé
Volvé y conectate
Con Él, que siempre te espera
Para ensancharte el corazón

Y después hablamos
De Job, de San Pablo
De Pedro, de Domingo
Una vez que te hayas encontrado
Compartiendo
Como Teresa, la de Calcuta
O con las intuiciones
De Teresa de Lisieux

Y leas que Tu nombre
También estaba escrito
Y que hay Sal y Luz
Y vos volviste
Que solo estas esperando
Con esa Esperanza de Eternidad
A verlo a Cristo presente
En la Eucaristía otra vez.

En ese pan blanco
Y ese vino dulce
Y ese poquito de agua del costado

Y si te aturden las 30 monedas de plata
Del Judas que vos mismo sos
Se te ensancha el alma
Devolves las monedas
Y volvés
Y empezás de vuelta
En la espera del laico
A escuchar:

“No temas, yo estoy contigo”