sábado, 10 de mayo de 2014

José María Fernández Unsain - Sur y Norte de América

Mírame donde estoy, apenas triste,
solitario desde hace tanto tiempo,
con las venas desechas , sin su sangre,
temblando con oscuro sentimiento.
Mírame donde estoy patria temible,
Desesperado sin posible espera,
Sin antes, sin bandera, sin consuelo.
Mírame patria, mírame llorando,
Adivinando el rumbo de tu viento,
Viendo crecer las fieras invasiones.
Ellos están aquí. Los extranjeros.
Aquí donde tu eras la certeza,
de un campo verde, un cielo azul,

Un pueblo:

un pueblo con vergüenza, con el coraje,

ya sin felicidad, pero creciendo.

Aquí donde la tierra miserable,

era nuestra nomás y era en el cielo,

Donde moría la mejor frontera,

donde la libertad paraba vuelo.

Esta patria era el sur, Bárbaro y alto,

el apampado sur, el sur violento,

Sin otra industria que la del coraje,

sin otro Dios que Dios, el del silencio.

Arriba de la rosa, por el Norte,

los ángeles malignos van creciendo,

Convocando su guerra prodigiosa,

pudriendo el aire con su largo aliento.

Yo estoy aquí, en el Sur. Pido con odio

que haya luz en los ojos de los ciegos,

Que velen los que duermen

y se afilen los filos de los dientes y el acero.

Ellos están aquí, fuertes y hermosos,

ya están sus fuegos en la patria ardiendo,

Ya se pervierte el alba y hay un soplo

de conquistas, de sombras y de miedo.

Yo digo: que este sur nos pertenece, que todo es nuestro,

Simplemente nuestro, y hay que defenderlo con las uñas,

con la voz, con el alma, con el pecho, o quedar una tarde azul y blanca

definitivamente libres. Muertos.

(José María Fernandez Unsain)

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